Soneto
Al igual que el Cisne cantaré mi muerte,
sin pena, sin dolor, aceptaré el destino
y mi canción será como risa de un niño
que llena de alegría su casa y ambiente.
Al igual que el Cisne surcaré el estanque
paseando gallardo su amor y su belleza,
recorriendo las aguas raudo y con presteza
y buscaré en tu seno el ardor palpitante.
Y en tu boca de seda el calor de tus besos
y en tu corazón la lava candente
del volcán que ruge sonido estridente.
Al igual que el Cisne, buscaré con deleite
a la blanca doncella que refleja la fuente
para estar con ella, debajo del puente.